Hablar de imprevistos tiene en sí mismo un cierto matiz de contradicción, ya que la misma palabra significa «no previsto», algo que te puede suceder y en lo que no habías pensado.
Vamos a intentar aquí de enumerar esa serie de imprevistos que se suelen presentar en una boda para que en la medida de lo posible tengan una mejor solución:
1.- La lluvia.
Está claro, llover llover, puede llover en cualquier época del año, y un chaparrón de verano o un día de lluvia en el mismo mes de Julio no sería la primera vez que se produce, de vez en cuando cae alguno, al menos en el sur de España, si viviéramos en el norte de España seguro que este imprevisto no lo sería tanto.
¿Cómo nos puede afectar la lluvia en nuestra boda?
Si el espacio para el banquete es al aire libre y no dispone de un salón cubierto en las instalaciones, tendremos que pensar en alquilar una carpa, con el consiguiente incremento en el presupuesto de la boda.
Si vemos que la semana empieza con un tiempo inestable y que el parte meteorológico ha dado lluvia para el día de nuestra boda, lo mejor es que vayamos pidiendo presupuesto a una empresa de carpas ya que si lo dejamos para el último momento, nos podemos encontrar con que ha llovido para todo el mundo y la empresa de carpas que estaba tan bien de precio las ha alquilado todas y tengamos que acudir a la empresa de la provincia de al lado con el consiguiente incremento en precios por el kilometraje extra.
Si existe un salón cubierto en la finca, jardín, cortijo… donde íbamos a hacer el banquete el plan B es mucho más fácil de llevar a cabo. Es cierto que el día radiante y luminoso que habíamos pensado no se le parece ni por asomo, pero es lo que hay y no podemos dejar que la lluvia empañe uno de los días más bonitos en nuestras vidas.
Quizás deberíamos entrevistar a unos novios del norte de España, de Escocia o de Holanda, para ver cual es su pensamiento con respecto a si te llueve el día de tu boda. Seguro que no dejarán que la lluvia les amargue el día. Pero claro, ellos están acostumbrados, podríamos pensar, pero nosotros en el sur de España no.
Así que una actitud positiva es lo más importante en este día, y estar un poco precavidos no nos irá mal: unos días antes podríamos ir a comprar unos paraguas nuevos y elegantes, de color rojo o cualquier color alegre, que contraste bastante con el día gris y podremos tener de entrada unas impactantes fotos de boda.
2.- Pinchazo
Pues sí, en nuestro radiante coche que nos lleva a la iglesia hemos pinchado, como cualquier día del año, como le puede pasar a cualquiera, nos ha tocado a nosotros el día de nuestra boda y podemos salir airosos de esta situación totalmente controlable:
Por un lado nada de mencionar la terrible frase que atrae todo lo negativo: «pues bien empezamos, como acabará esto». Al contrario. Si eres la novia, en tu caso, una llamada al novio diciendo algo así: «Cielo mío, nos vamos a retrasar un poco porque el coche ha tenido un pinchazo, pero hemos llamado a un taxi que ya está en camino, así que todo sigue igual solo que con unos minutitos de retraso. »
Una actitud positiva y conservar la calma son primordiales en estos casos. Es un imprevisto muy fácil de solucionar.
3.- Ceremonia al sol
Si celebráis una ceremonia civil en unos jardines o frente al mar nos podemos encontrar con que en ese momento el sol incide directamente sobre nuestras caras. Si estamos en verano esto tiene un añadido de sofocante calor y si no hay más opciones para hacer la ceremonia en otro lado, no podremos movernos.
Es importante visitar unos días antes el lugar exacto donde se realizará la ceremonia, a la misma hora y comprobar por donde nos dará el sol y las opciones que tenemos para mitigar un poco el calor. Verificar si con el montaje que hemos pedido para el altar nos cubrirá bien o si habría que cambiarlos por una jaima, que quede igualmente elegante y nos desluzca.
Otra opción es retrasar la ceremonia un poco de tiempo, quizás con media hora de retraso se solucione.
No podemos olvidar a los invitados. Si hace demasiada calor, sería aconsejable tener preparada una mesa con botellitas de agua o con aguas de sabores, piña, manzana… o con limonadas, bebidas no alcohólicas que estén a su disposición antes de la ceremonia porque por un lado todos vamos vestidos elegantemente, con un añadido de calor por las corbatas y los trajes los hombres y sus vestidos de gala las mujeres y si no ofrecemos un refrigerio a los invitados, algunos pueden estar pensando más en beber algo fresco que en la ceremonia.
También hay que hablar con el fotógrafo sobre la luz, como va a incidir en el altar, en nuestros rostros y cómo afectará a las fotos.