La clave es que sean un detalle que complemente, sin que el conjunto resulte demasiado artificial, porque la protagonista eres tú, aunque todo dependerá de cual sea tu estilo, no se trata de cambiar tu imagen radicalmente justo el día de la boda, aunque eso no impide que se pueda ser creativa y original, pero eso sí, conservando tu estilo y personalidad.
Recuerda que:
Si llevas un vestido con escote pronunciado, lleva el pelo recogido y opta por un collar sencillo que te estilizará el cuello, y en cuanto a los pendientes, es importante que no sean muy llamativos para que sea tu rostro el que destaque.
Si vas a llevar el pelo suelto o semirrecogido, si puedes optar por unos pendientes más llamativos.
Si tu vestido lleva mucha pedrería o bordados elige una joya sencilla.
Si eres atrevida pon algo de color en los pendientes y el colgante.
Si vas a celebrar la boda por la tarde/noche, si te puedes decantar por joyas brillantes, el oro o el platino.
Consejo: “Menos es más”.
Las joyas en la boda están muy ligadas a tradiciones de carácter íntimo y familiar, lucir algo nuevo, algo viejo, algo prestado y algo azul; la joya que luzcamos el día de la boda puede ser “algo usado” o “algo prestado”.
La joya más importante que usarás el día de la boda la alianza de matrimonio.
En cualquier caso los clásicos nunca fallan: las perlas, y sobre todo, los diamantes, una piedra preciosa que da un aspecto sencillo y elegante.
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