Es común que los novios busquen entre sus familiares y amigos a los que serán testigos de su boda, para dejar constancia con su presencia y su firma una vez celebrada la ceremonia del compromiso adquirido.
La legislación española requiere dos testigos. Al margen de lo estrictamente legal, la figura de los testigos y su elección responde a cuestiones afectivas.
En la lista de los testigos suele estar incluido el círculo familiar más cercano, aunque también es habitual incluir a uno o dos amigos, en representación de los demás. En cualquier caso es preferible que la lista sea larga, antes que excluir a alguien.
En cuanto al protocolo, los testigos masculinos deberán vestir en la misma línea que el novio, en cuanto a las señoras, es conveniente evitar la gama de los blancos en el vestido.
La colocación en la iglesia: en la primera fila a mano derecha se sentarán los testigos del novio y a la izquierda los de la novia.