Las bodas son acontecimientos inolvidables, pero la celebración de la misma es todavía más recordada. Por eso es muy importante cuidar hasta el último detalle, para que los invitados recuerden ese día como algo perfecto e inolvidable.
A la hora de una celebración multitudinaria, se requieren ciertas normas de protocolo que permitan el éxito de la misma. Lo importante es que se sigan unas reglas básicas, pero al final tendremos que adaptarlas a nuestros gustos e invitados.
La cortesía y las buenas maneras de este día pondrán de manifiesto la personalidad de los novios y su calidad cómo anfitriones.
Una vez celebrado el acto matrimonial, lo normal es llevar a cabo un ágape en el que todos los invitados puedan compartir este momento con la nueva pareja.
La más correcto es que los novios lleguen al lugar del banquete los últimos, mientras que los padre, padrinos y familiares próximos lo harán los primeros para que puedan recibir y los invitados mientras llegan los recién casados.
La elección de ofrecer un aperitivo de pie antes de la comida o cena se ha difundido mucho y, si está dentro de las posibilidades de los novios, es preferible realizarlo en un lugar diferente al que se va a ofrecer la cena o almuerzo (jardín al aire libre, estancia del salón diferente, etc.)
El aperitivo responde a varias motivaciones: por un lado hacer tiempo hasta que la pareja llegue tras haberse hecho el reportaje fotográfico, por otro facilita la llegada de todos los invitados al lugar donde se va realizar la celebración y la presentación entre ellos.
En cuanto a la cantidad se debe encontrar el punto medio entre lo poco y lo excesivo. El aperitivo suele durar entre treinta y cuarenta y cinco minutos y es servido en bandejas por los camareros.
Una vez concluido el aperitivo, existe un cierto protocolo en la entrada de los novios al comedor. En primer lugar son los invitados los que deben entrar en la estancia en donde se va a servir el menú. A continuación las personas que ocupan la mesa presidencial y por último los novios. La marcha nupcial es la música más correcta, protocolariamente hablando, para este momento. No obstante, la pareja puede elegir otra diferente que se adapte más a sus preferencias. Mientras esto ocurre los asistentes estarán en el interior de pie frente a sus mesas.
Una costumbre muy extendida es que a la hora de entrar los recién casados en el salón donde se va a servir el menú, de manos del maître reciben una copa de cava para brindar, sin embargo se entiende que esto no es protocolariamente correcto ya que el resto de los invitados no les puede corresponder. No es apropiado que solo beban los anfitriones.
En el momento en el que todos los invitados han ocupado sus respectivos lugares, los camareros empezaran a servir el menú.
La mesa presidencial puede ser rectangular (ocupada por un solo lado) u ovalada (igualmente ocupada por un lado). Suele preferirse esta última porque integra un poco más a los presentes en la mesa y porque permite más opciones de decoración.
Es tradición que en esta mesa se sitúen los novios, los padrinos y los padres de los primeros. También en el caso de que la celebración de la boda haya sido católica, se debe invitar al sacerdote que ofició la ceremonia y debe sentarse en esta mesa.
Los novios presiden la mesa, ella a la derecha y a sus lados se colocan los padrinos (en intercambio de sexos) y sus correspondientes consortes. En el supuesto de que los padrinos fueran distintos que los padres, estos también se sentaran en la presidencia.
Hoy en día es muy común que uno de los progenitores de alguno de los recién casados estuvieran divorciados. En este caso se sentarán igualmente en la presidencia, siempre que no se aconseje otra cosa al respecto, con el fin de crear buen ambiente.
Los demás invitados se ordenan según las preferencias de los novios, sin más protocolo que el que marque la cortesía, de manera que las mesas más cercanas a la mesa presidencial estarán reservadas para los familiares más allegados, personas de mucho compromiso y amigos más íntimos.
A medida que nos vamos alejando de la presidencia, iremos colocando al resto de la familia, amigos de los padres y amigos de los novios.
No obstante existen una serie de recomendaciones como por ejemplo, no cruzar familias en las mismas mesas.La novia será la que marque el inicio y el fin del banquete, por lo que no es aconsejable hacer esperar demasiado a los invitados una vez que ya está en el salón.
En lo que respecta al menú, como norma general, consta de un aperitivo, un entrante ligero, un plato de pescado u otro de carnes, postre, café o infusiones, licores y tarta nupcial.
Un detalle muy importante a tener en cuenta es que cuando asistan personas de otras religiones o procedan de otras culturas, su alimentacion y sus costumbres pueden ser diferentes. Por ejemplo, los musulmanes no pueden comer cerdo ni beber alcohol y si la boda se celebra por la mañana y coincide con el Ramadán, seguramente no acudirán al almuerzo, pues no pueden comer ni beber hasta la puesta del sol.
Con respecto a los judíos hay que considerar algunas prohibiciones como la carne de cerdo y sus derivados y la carne de caza. También tiene prohibiciones con el marisco y los moluscos.
El ritual de cortar la tarta es otro símbolo importante en un banquete de bodas. Es la novia quien toma la tradicional espada, facilitada por el maître. El novio coloca su mano sobre la de ella para ayudar a cortarla. Una vez realizado el primer corte, los camareros proceden a retirar la tarta y trocearla para su distribución. Este momento va acompañado por una melodía que han elegido los novios previamente.
La tradición de la tarta nupcial llegó a España a raíz de la boda de Alfonso XIII, pero esta costumbre existe desde la antigua Roma, donde la tradición marcaba, que la tarta, en ese momento, una torta de pan, era rota encima de la cabeza de la novia, para desearle la fertilidad, representada por el trigo.
Después de la tarta se sirve el cava, momento en el que se realiza el brindis, propuesto generalmente por el padrino.
Éste se pondrá en pie y dirá unas palabras a los novios. Tras ellas levantará la copa para brindar con todos los asistente por los recién casados.
Una vez que se sirve el café, los novios aprovecharán para recorrer las mesas y saludar a sus invitados agradeciéndoles su presencia. Este es el momento ideal para entregar algún recuerdo de la boda.
El último momento importante de la ceremonia es cuando los novios abren el baile con un vals o con otra pieza musical a su elección. A continuación, el padrino bailará con la novia y el novio con la madrina; los demás invitados se incorporarán después.
Los invitados que abandonen la fiesta antes que los novios deberán presentar sus excusas y despedirse personalmente de los anfitriones.