La boda en la fe ortodoxa griega es una ceremonia muy antigua y hermosa, que se ha conservado así durante siglos. Esta ceremonia está llena de simbolismo y es una gran experiencia para el que asiste, si nunca antes fue testigo de ella, probablemente no tiene nada que ver y nos resulte absolutamente diferente a lo que conocemos en nuestras bodas de esta parte de Europa.
Aquí las bodas tienden a ser distendidas y se celebran en una atmósfera muy relajada, no hay ensayos, se charla a menudo y se toman fotos libremente en cualquier momento.
En verano es cuando se celebran la mayoría de las bodas, por lo que se esperan unas, a que terminen las otras pasando de los últimos bancos a los primeros. Los invitados suelen esperar junto al novio, fuera de la iglesia hasta que llega la novia, que a menudo el novio le entrega su ornamental ramo de flores, y así juntos, pasan al interior de la iglesia junto con el resto de los invitados, que tampoco distinguen en sentarse separados los del novio con los de la novia.
El intercambio de anillos es el centro del desposorio, el sacerdote bendice los anillos poniéndolos en la mano derecha y hace la señal de la cruz sobre las cabezas de los novios, el «Koumbaro» es el padrino de bodas, que en esta ceremonia, su papel es altamente simbólico y desempeña muchas funciones, en este momento intercambia los anillos de los novios tres veces, un número que se repite a lo largo de la ceremonia y que simboliza la Santa Trinidad: Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.
En el Sacramento de la Unión, primero se dicen todos los rezos y cuando han acabado, el sacerdote une las manos derechas de los novios, que permanecerán así hasta el final de la boda, esto simboliza la unión de la pareja
En la Coronación, se usan unas coronas finas llamadas «Stefanas» que están unidas por una cinta blanca previamente bendecida por el sacerdote. Las coronas simbolizan la gloria y honra concedida por Dios y la cinta la unidad, también intercambiadas por el «Koumbaro» tres veces sobre sus cabezas.
Esto seguido de la lectura del Evangelio donde se hace alusión a las bodas de Canaá en Galilea y el primer milagro de Jesús y el vino. Dando de beber del Cáliz también tres veces entre padres y novios.
El sacerdote, el «Koumbaro» con las «Stefanas» sobre los novios pasean alrededor del altar otra vez tres veces en sus primeros pasos de casados y les esparce el arroz, que anteriormente fue repartido entre los invitados.
Cuando la caminata por el altar ha concluido, el sacerdote bendice, se retiran las coronas y entonces separa sus manos previamente unidas con la Biblia, recordando que sólo Dios puede romper esta unión que acaban de hacer.
Algunas tradiciones de la boda ortodoxa griega ahora nos parecen un poco anticuadas, contienen generalizaciones que no todos siguen como por ejemplo:
Aunque estos rituales se consideran tradicionales, cada vez menos jóvenes se casan hoy siguiéndolos, aunque el dinero si sigue siendo muy común y práctico como regalo de bodas, se les suele dar a los padres o a una tercera persona asignada para ello el día anterior a la boda.
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